¿Cuándo, Señor, te volverás hacia nosotros?
¡Compadécete ya de tus siervos!
Sácianos de tu amor por la mañana,
y toda nuestra vida cantaremos de alegría.
Salmos 90:13-14
Reservar un tiempo aparte para conversar con Dios es una de las cosas más importantes que puede hacer un hijo de Dios para fortalecer su vida espiritual. La hora del día que escojamos para llevar a cabo esta vital actividad no es importante. Puede ser en cualquier momento del día.
No obstante, hay algo muy especial acerca de la mañana que nos permite sacar el mayor provecho de ese tiempo especial. Por supuesto que mucho depende del tipo de persona que seamos. Algunos de nosotros funcionamos mejor de noche, otros estamos con los sentidos más aguzados por las mañanas.
Las mañanas tienen algunas ventajas. Usualmente los momentos de mayor quietud son las tempranas horas del día antes de que salga el sol. A esa hora ya estamos repuestos del cansancio del día anterior y tenemos todas las energías a nuestra disposición. Menos ruido significa menos distracciones. El inicio del día es el momento oportuno para dedicar las actividades de la jornada a nuestro Padre celestial. Y éstas son sólo algunas de las ventajas de dedicar un tiempo en la mañana para charlar con nuestro Papá.
En todo caso, de día o de noche, busca un momento de tranquilidad y sosiego para leer la palabra de Dios y hablar con él en oración. Pronto verás como tu vida espiritual mejora notablemente por haberle buscado de todo corazón.
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