PREPARANDO MI VIDA PARA DIOS.

Josué 3:5; 7:13- 14; Éxodo 19:10-11; Joel 2:21; 2ª. Timoteo 3:17
Nosotros estamos en medio de una jornada, de un camino, de un propósito, en el cual hemos fijado un blanco, sin embargo no tenemos la preparación adecuada no porque no queramos si no porque estamos fatigados de nuestro diario vivir, en medio de problemas y situaciones adversas.
Este camino, que no miramos mas por fe caminamos, nos lleva a la vida, sin embargo al no verlo, nos mengua la esperanza, nuestras rodillas se paralizan, nuestra mente divaga y perdemos el objetivo principal, aunque no esté totalmente olvidado.
¿COMO HE DE PREPARARME?
I. ENFOCANDO LA VISIÓN.
a. Alzar la mirada. Génesis 13:14-15; Salmos 34:5; 119:18
b. Enfocar mi vida hacia el blanco principal. Salmos 107:7; proverbios 4:10-12; Lucas 1:79. Fil. 3:12-14
c. Levantarnos. Génesis 13:17; Josué 1:2; Salmos 25:1; Prob. 24:16 Efe. 5:14.
d. Sacudirnos el polvo. Isaías 52:2; Mateo 10:14; Lucas 9:5
e. Renovar mi esperanza. Isa. 40:29-31; 49:22-23; Lam. 3:24-26; Miqueas 7:7; Haba. 2:3; 1ª Pedro 1:13-14.
II. ACTIVAR MI PROPOSITO.
a. Arrepentimiento. Joel 2:12; Lucas 13:3; Mateo 13:15; Hechos 14:15
b. Santificación. Éxodo 19:10-11; Juan 17:17-19; 1ª Tes. 5:23; 1ª Pedro 3:15
c. Humildad. Joel 2:13; Miqueas 6:8-9; Fil. 2:3; 1ª Pedro 5:5.
d. Unidad. Juan 17:20-23; Juan 14:20-21
e. Confianza. Oseas 12:6; Salmos 40:4; 78:7; Prob. 14:26; Heb. 10:35.
f. Escuchar. Deut. 15:5; 28:1; Jer. 7:23; Prob. 4:20.
g. Guardar. Josué 1:8; Salmos 119:11; Juan 8:51; 1ª Tim. 6:20.
h. Accionar. Prob. 10:16; Lucas 24:19; 1ª Tim. 6:18; Marcos 16:15; 6:7; Lucas 19:29; Juan 17:18.

Si queremos que nuestras vidas estén llenas de bendición, paz y vida (salud) tenemos que estar preparados para el servicio a nuestro Señor no desviándonos ni a la derecha ni a la izquierda, ni adelantarnos o atrasarnos, si no seguir los pasos que Jesús mismo nos marco, siguiendo sus mandamientos, basados en las escrituras.
Su hermano y amigo en Cristo Gamaliel Estrada gamaliel_e_r @msn.com

Sigan orando por el ministerio que el Señor ha puesto en nuestras manos y la responsabilidad que hay en esto, para que todo siga siempre de acuerdo a la voluntad del Señor y mas almas vengan a sus pies dándole la gloria honra y honor, reconociéndole como Señor y Salvador de sus vidas.